La arquitectura de Gurunsi (kassena) causó una gran impresión en el arquitecto suizo, Le Corbusier. Esta arquitectura, conocida como casas sukhala, forman poblados fortificados en Tiébélé, Burkina Faso. Se trata de construcciones de adobe que se revisten de barro y posteriormente son adornadas con motivos abstractos, que las mujeres de la tribu pintan sobre fachadas y muros.
Las mujeres de la tribu son las encargadas de reparar las fachadas de las casas, revistiéndolas periódicamente con barro, y decorándolas de nuevo. En primer lugar dan una capa de barro mezclada con excremento de vaca, que extienden con las manos con la ayuda de agua para que éste resbale. Cuando el barro está fresco, dibujan sobre él algunas líneas que marcarán los patrones. Mientras el barro va secando preparan los pigmentos para pintar con arena roja, excremento de vaca más oscuro o polvo de roca. Dejan secar la base inicial, y la repasan con canto rodado, para que la superficie quede completamente pulida. Cuando ha secado por completo, comienzan a pintar con los pigmentos ya preparados, sus motivos geométricos, utilizando las manos o pinceles de plumas de gallina. Finalmente, una vez seco, pulen la superficie con ramas, proceso que se repite hasta tres veces, para garantizar la calidad de ese acabado.
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